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"San Cayetano te pido pan y trabajo": los orígenes de una movilización popular histórica

  • Foto del escritor: Tiempo Sindical
    Tiempo Sindical
  • 6 ago 2024
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 6 ago 2024




A 43 años de la primera movilización por “Paz, pan y trabajo”, realizamos un repaso sobre la jornada histórica que significó un hito en el movimiento obrero argentino.


El sábado 7 de noviembre de 1981, no fue un día normal para los vecinos de Liniers. Los fines de semana suelen ser tranquilos en los barrios alejados del centro porteño. Y, si bien todos los sietes de cada mes, numerosos feligreces se acercan a la Iglesia de San Cayetano, esa mañana apareció desbordada de trabajadores que con la consigna “Paz, Pan y Trabajo” se congregaron frente al templo desafiando a la dictadura militar.


La movilización había sido convocada por el dirigente cervecero Saúl Ubaldini, líder de la “CGT Brasil” que agrupaba a la Comisión de los 25, formada por los gremios más combativos, y a las “62 Organizaciones Peronistas” conducidas por Lorenzo Miguel.

Ubaldini, hombre que conocía bien la zona y su dinámica pues era oriundo del vecino barrio de Mataderos, tenía, además, muy buena relación con el Presbítero Humberto Bellone, que era el sacerdote a cargo de la parroquia. Entendió perfectamente que ese sábado era la fecha ideal para promover una acción que por su propia naturaleza pudiera calar en lo hondo de la cultura popular, de la tradición sindical argentina y de la fe católica.


“Paz, Pan y Trabajo” fue, entonces (y aún sigue siendo), una síntesis maravillosa de los anhelos de nuestro pueblo.

“Paz”, en medio de una dictadura asesina que secuestraba, torturaba, encarcelaba y desaparecía. “Pan” no sólo como un reclamo ante la pobreza y la miseria que el modelo económico de la dictadura generó, sino como una exigencia profunda de Justicia Social, en los términos que el Peronismo estableció. Y “Trabajo”, en otras palabras, dignidad.

Tan contundente y efectiva fue esta consigna que aún hoy se repite.


Pero aquel día, en medio de prohibiciones, amenazas y represión, la convocatoria desbordó todo lo imaginado. La “peregrinación” a San Cayetano se convirtió en una verdadera marcha de oposición a la dictadura.


Miles y miles de trabajadores formales e informales, militantes políticos, grupos católicos, Madres de Plaza de Mayo y familiares de detenidos desaparecidos concurrieron masivamente. El Padre Bellone debió celebrar la misa al aire libre, fuera de una iglesia rebalsada por una multitud que, si bien se mostraba respetuosa de la liturgia, no dejaba pasar ni una oportunidad de entonar “se va a acabar / se va a acabar / la dictadura militar” o “pan y trabajo, la dictadura abajo”.


Como es de suponer, la represión no se hizo esperar y los detenidos se contaron por miles; pero la CGT había demostrado al régimen su poder de convocatoria, e iniciado el camino hacia la enorme movilización a Plaza de Mayo del 30 de marzo del año siguiente.


Cuatro décadas después, el movimiento obrero organizado junto a las organizaciones sociales continúa congregandose en Liniers para movilizarse a Plaza de Mayo. Con una convocatoria reducida -para evitar el circense protocolo antipiquetes del gobierno nacional- la consigna “Paz, pan, techo, tierra y trabajo” será el hilo conductor de una nueva jornada de lucha.


Cuando un pueblo se organiza en torno a una consigna que siente propia, es sólo cuestión de tiempo.






 
 
 

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